jueves, 1 de febrero de 2007

Durante el vuelo de regreso a Sérifos tiene lugar uno de los episodios más conocidos de la Mitología Clásica: La liberación de Andrómeda.

Perseo, en su vuelo, llegó a la región occidental de Etiopía [1], en donde divisó desde las alturas a una bellísima joven desnuda y encadenada a una roca en la orilla del mar. Descendió Perseo hacia ella y le preguntó quien era y el motivo de sus cadenas, a lo que la joven le respondió que su nombre era Andrómeda, que era hija de los reyes de Etiopía, Cefeo y Casiopea, y que tenía que pagar con su vida por un delito cometido por su madre, a saber, haberse vanagloriado de que ella y su hija eran más bellas que las Nereidas, por lo que éstas, agraviadas, se quejaron a Posidón[2], quien envió una inundación y un cetáceo marino monstruoso para que devastaran el país. Consultado por Cefeo el oráculo de Amón, en Siwah, éste reveló que no cesaría la calamidad hasta que Andrómeda fuera ofrecida como pasto al monstruo.

En el momento que llegó Perseo, el cetáceo estaba emergiendo de las aguas para devorar a Andrómeda, pero aquél, en una rápida consulta, pacta con los reyes, que observaban ansiosamente desde la costa cercana, que salvará a su hija si se comprometen a concedérsela en matrimonio. Perseo se elevó de nuevo y, tras haber enseñado la cabeza de Medusa al monstruo, logró paralizar una parte de su cuerpo al mismo tiempo que, empuñando la hoz de Hermes, se lanzó furiosamente contra el animal, al que logró decapitar tras haberlo engañado por medio de su sombra proyectada sobre el mar.

[1] Lo que hoy se corresponde con el actual Israel.
[2] Recordemos que una de las Nereidas, Anfitrite, era esposa de Posidón.

1 comentario:

Unknown dijo...
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