viernes, 2 de febrero de 2007

4- LA APOTEOSIS: EL PROCEDIMIENTO ORACULAR EN DELFOS:
El séptimo día de cada mes, dos sacerdotes conducían a la Pitia hasta la Fuente Castalia [1], en donde tomaba un baño del que se decía tenía propiedades purificadoras y proféticas. Tras ello, la exigua comitiva se dirigía hacia el templo de Apolo, en donde, frente al altar de Hestia y sobre el suelo de mármol, era tumbado un cabrito al que se rociaba con agua fría. Si el animal se estremecía con un temblor, indicaba que el día era propicio para el oráculo; por el contrario, si el animal no reaccionaba, el oráculo era suspendido hasta el mes siguiente.

Una vez que no había impedimento para llevar a cabo el oráculo, la pitia se postraba ante el altar de Hestia, en cuyo fuego se arrojaban grandes cantidades de incienso, beleño, láudano y otras hierbas aromáticas ( 10 ), de tal manera que la aspiración de este denso y embriagador humo, junto con la masticación de hojas de laurel y un estado psíquico predispuesto, hacía que la sacerdotisa entrara en una especie de trance bajo el cual, tambaleándose, era conducida por los sacerdotes hasta la celda oracular, en donde era sentada sobre el trípode, nuestro famoso trípode que, según la mitología, habría fabricado Apolo con la piel de Pitón, pero que, en realidad, en los tiempos históricos, no dejaba de ser un caldero con tres patas similar a los utilizados para calentar agua o cocer alimentos. Esta especie de caldero contaba con dos anillas a las que la vidente podía asirse en aquellos momentos en los que, debido a su estado, la permanencia sobre él resultara especialmente difícil.
[1] Habíamos dicho con anterioridad que los amores de Apolo solían terminar de forma trágica, como ocurrió con los que mantuvo con algunas de las Ninfas, entre las que citábamos a Castalia. En efecto, esta Ninfa, para escapar de los acosos amorosos de Apolo, se arrojó a la fuente que, a partir de entonces, lleva su nombre.

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