En un principio, los oráculos en Delfos se celebraban una vez al año pero, a medida de que la fama del santuario fue aumentando, las consultas fueron haciéndose cada vez más frecuentes, hasta que terminó por establecerse la periodicidad mensual. De esta forma, el séptimo día de cada mes acudía a Delfos una gran cantidad de consultantes, cuyo orden de acceso al oráculo se establecía de la siguiente manera: En primer lugar tenían derecho a consultar el oráculo los habitantes de Delfos; en segundo lugar consultaban aquellos que con sus donaciones se habían mostrado especialmente generosos con el santuario, lo cual les confería el derecho de “protomanteia” o prioridad en la consulta; por último consultaban el resto de los visitantes, cuyo orden se establecía por sorteo.
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