jueves, 1 de febrero de 2007

DIDIMO

En Dirimo se encontraba el oráculo más importante de Asia Menor. Según la tradición, el oráculo tenía una fuente en la que Zeus y Leto pasaron unas horas de amor, durante las que engendraron a los gemelos Apolo y Ártemis [1].

El primer consultante del oráculo de Dirimo del que tenemos constancia histórica fue el faraón Necao, hijo de Psamético I ( XXVI dinastía, años 610-595 a.C. ). Necao se había propuesto construir un canal entre el Nilo y el Mar Rojo que un barco pudiera recorrer en cuatro días. Se cuenta que la empresa costó la vida de ciento veinte mil hombres y finalmente fue paralizada al haber recibido el faraón una sentencia oracular que le indicaba que la construcción de ese canal significaría abrir el camino de la invasión de Egipto a cargo de los extranjeros.

La edad de oro de Didimo llegó con el rey lidio Creso, quien, al igual que hiciera con Delfos, colmó al santuario de enormes riquezas. Nos dice Heródoto: “Por su parte, las ofrendas de Creso al templo de los Bránquidas [2] tenían, según tengo entendido, el mismo peso que las de Delfos y eran semejantes a ellas”. Sin embargo, Wolfgang Günther, estudioso de Dirimo, asegura que “aunque durante la época seléucida, el oráculo de Didimo se contara entre los tres grandes de la adivinación, junto a Claro y Delfos, sólo ocupaba el segundo lugar después de Delfos, que era, con mucho, el más importante de los tres”.

No se conoce cual era el rito oracular de Didimo. El santuario fue destruido en el 494 a.C. por los persas tras la sublevación de Mileto, ciudad cuyo santuario estaba en Didimo. Fue reconstruido en época helenística y se convirtió en el oráculo preferido de los seléucidas.


[1] Didimoi = gemelos.
[2] La Mitología afirma que un pastor llamado Branco fundó el santuario tras serle concedido por Apolo el don de la adivinación.

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